miércoles, 23 de febrero de 2011

Los Hombres Grises ¿Por qué?

¡Hola a todos!

Ante todo les digo: Gracias por estar aquí, por formar parte de este embrión, de esta semilla aun por germinar que he dado en llamar "Los Hombres Grises".

Quisiera aprovechar este espacio para presentarme brevemente, y darles una idea del por qué de la iniciativa de Los Hombres Grises... o mejor dicho: por qué finalmente decidí volcar en esta iniciativa llamada Los Hombres Grises una vida entera de sensaciones y emociones avivadas una y otra vez por el "hay algo más...".

Mi nombre es Víctor, soy argentino, resido en la Cuidad de Buenos Aires.
Desde muy pequeño, desde que tengo uso de razón (aunque para muchos parezca que de lo que menos uso hago es de la razón), ha venido a mí esta sensación de "algo más", de "lo que veo, lo que vivo, lo que siento, puede servir... pero es el preámbulo de otra cosa, de algo grande que en algún momento ocurrirá: algo hay por saber, por vivir".

Bien podrían tratarme ya mismo de naive, de iluso, de fantasioso. Más clínicamente, podrían hasta decir que soy un neurótico importante. Es muy probable, casi seguro que así sea... Pero, así y todo, eso no excluye que las cosas no siempre sean lo que parecen y que la percepción del mundo sea algo o mucho más que un mero proceso nervioso que permite al organismo recibir y elaborar la información que proviene de su entorno... Aunque a decir verdad, esta definición de la percepción da el para pensar lo limitado de la percepción: recibir y elaborar información del entorno ¿Y lo que no está en nuestro entorno, y por lo tanto no llegamos a percibir, simplemente, no existe, no es?

No soy una persona que haya tenido alguna de las llamadas "experiencias sobrenaturales", ni que realice extraños rituales, ni que crea de buenas a primeras en todo lo que le dicen... creo, de hecho, bastante prudente dudar un poco también de lo que percibimos antes instalarlo como una creencia inamovible. Soy más bien escéptico. Y esto no quiere decir, como muchos suponen, que no creo en lo que no tiene evidencia objetivamente comprobada por medio del método científico. Sino, por el contrario, entiendo que el escepticismo es, siguiendo a una antigua escuela filosófica, aquella corriente según la cual, justamente, no existe verdad definitiva alguna, que los conocimientos completos, definitivos y universales no son posibles en absoluto y que, por tanto, todo aquel sujeto o disciplina que crea tener la Verdad sobre algo- lo que sea- no es, al menos en ese asunto, de fiar.

Creo más bien que los humanos no sabemos absolutamente nada de nada, y que las llamadas "evidencias" (mal llamadas, dado que nada puede ser en sí del todo evidente) no "demuestran", no "prueban" absolutamente nada (lo cual queda demostrado (!!!) cuando nuevos descubrimientos dan por tierra con las sagradas evidencias).
Creo también que no sabemos absolutamente nada sobre nada por el mero hecho de que estamos tan acostumbrados a aceptar todo lo que nos dicen que la única materia que realmente dominamos es la repetición: de conocimientos, de datos, de relaciones afectivas, de comportamientos. Pero, sobre todo, creo que no estamos bien predispuestos a comenzar a saber algo, aunque sea mínimo, de lo que sea… porque no estamos predispuestos a aceptar, reconocer, que no sabemos nada.

Una posición tal (aceptar que no sabemos nada) es pre-condición para poder empezar a saber algo... es la semilla, el embrión: no quiere decir que tengamos aun algo resuelto, sino que, al menos vislumbramos la posibilidad. La posibilidad de la posibilidad. Ese si es un gran tema: Creer que es posible que ciertas cosas sean posibles… Pareciera ser que la gran mayoría tiene las cosas resueltas (¡qué envidia!), entonces, no necesitan considerar posibilidades diversas de las que ya tienen bien grabadas, selladas y aprobadas (normas ISO9000 de por medio) en su diminuto y limitado "mundo real".

Me ocurrió que hace algún tiempo (no hace mucho tiempo, por cierto), me encontré- quizás porque mi tendencia investigadora se reactivó, quizás por mera casualidad-, me encontré con una serie de informaciones que rompían con todo lo que hasta ahora “sabía”. Quizás le presté atención porque la realidad convencional me viene aburriendo hace tiempo, quizás porque algo en mí me dijo que este era el camino: simple discernimiento. Aunque lo más probable sea que estas razones no importen en absoluto.

La cosa es que hoy estoy aquí, presentándome ante ustedes y poniendo a su disposición este espacio que he dado en llamar Los Hombres Grises, en referencia a aquel “hombre gris” del que hablara Benjamin Solari Parravicini en sus psicografías profécticas, personaje a quien el nostradamUs argentino le atribuiría la responsabilidad de un nuevo y pacífico estado de cosas.

Y, efectivamente, creo que de nosotros, de todos nosotros (también de los que no comparten este espacio), depende ese cambio y esa paz. De nadie más. No lo esperemos de nuestros gobernantes, ni de nuestros empresarios, ni de nuestros educadores. Depende de nosotros, de los ciudadanos comunes, dado que al contrario de lo que se cree: no es el esclavo quien existe gracias a su Amo, sino que es el Amo quien subsiste gracias a la existencia de sus esclavos. La pregunta es esta ¿Queremos seguir siendo esclavos?

¡Bienvenidos a Los Hombres Grises. Que tengan una gran estadía!

1 comentario:

  1. Victor te felicito por tu espacio. Creo que todos tenemos derecho a saber y a elegir qué creer, y con tu aporte de información estas haciendo una gran labor por nuestra sociedad, por nuestra humanidad.
    Un gran abrazo y mucha suerte!

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